Recorrerás Saigón como pasajero en moto con un guía local, probando siete platos únicos desde arroz pegajoso hasta café salado. Espera incienso de templos, mercados animados, historias en cada parada y risas por palabras mal pronunciadas. No es solo turismo, es sentir el pulso de la ciudad bajo tus pies (y quizás perderte un poco en ella).
No esperaba que mi primer verdadero sabor de Saigón fuera mientras iba de pasajero en una moto, sujetando un casco que olía a lluvia. Nuestro guía, Minh, sonreía en el retrovisor y gritó algo sobre “¡arroz pegajoso para el desayuno!” mientras pasábamos entre cables enredados y una iglesia rosa. La ciudad parecía vibrar bajo nosotros: motos por todos lados, gente saludando, olor a cerdo a la parrilla que se colaba por las esquinas. Intenté pedir “té de kumquat” en vietnamita en la primera parada; Minh se rió tanto que casi se le cae la taza.
El recorrido por Saigón fue un torbellino de colores y sonidos. Entramos en la Pagoda del Emperador de Jade (creo que aún tengo el humo del incienso en la camisa), donde una anciana me puso una flor de loto en la mano sin decir palabra. Hubo momentos —como frente al memorial del Monje que se quemó— que hicieron que todo se quedara extrañamente en silencio dentro de mí. Y de repente estábamos de nuevo en el laberinto de un mercado, esquivando cestas de pitaya y escuchando a los vendedores discutir precios. La parada para el café salado fue… inesperada, pero dulce y adictiva.
Cuando llegamos a la antigua casa de armas (Minh la llamó “el sótano secreto de la ciudad”), me di cuenta de que no había mirado el móvil en toda la mañana. Hay algo en recorrer Saigón así —el viento en la cara, siete bocados diferentes en el estómago, tratando de no dejar caer los palillos— que te hace sentir parte de otra historia por un rato. Terminamos con una cerveza fría cerca de la cerámica de Bien Hoa; no recuerdo bien dónde porque estaba demasiado concentrado viendo cómo la luz se reflejaba en los azulejos azules mientras Minh contaba historias de su abuelo. Simplemente se sentía bien dejar que todo se mezclara.
El tour incluye 7 paradas para probar comida y bebida típica.
Sí, la recogida y regreso al hotel son gratis en los distritos 1, 3 y 4.
Visitarás la Pagoda del Emperador de Jade, la iglesia rosa Tan Dinh, mercados locales y sitios históricos como el Arsenal de Armas Oculto.
Sí, es apto para todos, aunque no se recomienda para personas con problemas de columna o corazón.
Los bebés pueden participar pero deben ir en el regazo de un adulto durante el paseo.
Probarás arroz pegajoso salado, sopas dulces vietnamitas, café salado, frutas, cerveza local, té de kumquat y más.
Sí, contarás con un guía que habla inglés durante toda la experiencia.
Sí, el seguro de accidentes está incluido en la reserva.
Tu día incluye recogida y regreso gratis al hotel en los distritos centrales (D1, D3, D4), siete comidas y bebidas diferentes para probar (desde desayunos de arroz pegajoso hasta cafés salados), entradas a templos y sitios históricos con historias contadas por tu guía en inglés, fotos hechas por el equipo si quieres, cascos de calidad y ponchos de lluvia si hace falta, todo con motos modernas listas para rodar y seguro de accidentes incluido.
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