Vive la experiencia del río Hawkesbury en Broken Bay Pearl Farm: toca conchas reales, escucha historias locales, prueba a clasificar perlas y disfruta del aire del río a solo una hora de Sydney. Con comentarios en vivo y detalles que solo un guía conoce, te irás sintiéndote conectado —y quizás un poco arenoso.
Abrimos la puerta del “Shellar Door” justo a orillas del río Hawkesbury, y la verdad, no sabía qué esperar. El aire tenía ese olor salado y mineral que solo se siente cerca del agua de marea, algo punzante pero fresco. Nuestra guía, Sarah, nos llamó con una sonrisa y empezó a contarnos que esta es la única granja de perlas en Nueva Gales del Sur. Me pasó una concha —más áspera de lo que imaginaba— y me explicó cómo aquí crían perlas, no solo ostras para comer. Todavía la estaba mirando cuando se rió y dijo que la mayoría de la gente se les caen la primera vez. (Yo casi lo hago.)
Caminamos por la orilla, donde se escuchaban gaviotas discutiendo arriba y se veían viejas estructuras de madera que se adentraban en el río. Sarah señaló cuáles eran para ostras y cuáles para perlas —al parecer, todo un arte y ciencia. Nos habló de su tío, que lleva trabajando en estas aguas desde adolescente; parecía que todos en el pueblo tienen alguna historia ligada a este lugar. El agua estaba como un espejo esa mañana, pero de vez en cuando llegaba una brisa con olor a mar, como algas secándose al sol. No podía creer lo cerca que estábamos de Sydney, pero se sentía como otro mundo.
En un momento intentamos clasificar perlas nosotros mismos —no es tan fácil como parece. Sarah nos mostró cómo detectar pequeños defectos bajo una lámpara, sosteniendo cada perla para que la luz resaltara su superficie. Mis manos temblaban un poco (¿nervios? ¿demasiado café?) y ella bromeó que nadie lo hace perfecto a la primera. Hubo un instante de silencio donde todos mirábamos nuestras perlas, tratando de descubrir qué las hacía únicas. Fue casi como una pequeña meditación.
Me fui con barro del río en los zapatos y una sensación de gratitud pegada en la cabeza —no sé bien por qué, tal vez por ver cómo la gente cuida algo tan pequeño y que crece tan despacio. Si tienes aunque sea un poco de curiosidad sobre de dónde vienen las perlas o simplemente quieres respirar aire salado cerca de Sydney, esta excursión a la granja de perlas de Broken Bay vale la pena.
Está a aproximadamente una hora en coche al norte de Sydney.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; se permiten bebés y cochecitos.
Todos los tours empiezan y terminan en el Shellar Door, a orillas del río Hawkesbury inferior.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante el tour.
El lugar es accesible para visitantes en silla de ruedas.
No, no se incluye recogida en hoteles; los visitantes deben llegar por su cuenta al Shellar Door.
Incluye comentarios en vivo durante toda la visita y un guía local que comparte todo sobre la cría de perlas.
Sí, hay opciones de transporte público cercanas.
Tu visita incluye comentarios en vivo durante todo el recorrido en Broken Bay Pearl Farm y la guía de locales que conocen cada rincón de estas aguas —el tour comienza y termina en su puerta junto al río, el Shellar Door, en el Hawkesbury inferior.
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