En pleno centro de Roma, ponte manos a la obra en una clase de cocina cerca de las Escalinatas de España, aprendiendo a hacer fetuccini frescos y tiramisú cremoso desde cero. Ríe con locales, disfruta un vino mientras cocinas y luego siéntate a saborear tus creaciones — con un toque final de limoncello o espresso. Calidez, sabores auténticos y recuerdos para llevarte a casa.
Entramos a este pequeño restaurante justo al lado de las Escalinatas de España — ya se olía la harina y el café antes de cruzar la puerta. Paolo ya se estaba remangando, con una sonrisa que parecía decir “ya verán cómo se les complica la primera tanda” (y sí, así fue). Éramos solo seis en el grupo, más Anna, que no paraba de rellenar nuestras copas y contarnos historias sobre la salsa secreta de su nonna. La cocina tenía un ambiente cálido y un poco caótico, pero de ese que invita a participar aunque no seas un experto.
Nunca había hecho pasta a mano — resulta que es más pegajosa de lo que imaginaba. Tenía las manos llenas de masa mientras Paolo nos enseñaba a amasar justo como él decía (“como si le estuvieras dando un masaje,” nos explicó). Nos reímos cuando alguien dejó caer un huevo al suelo; Anna solo se encogió de hombros y nos pasó otro. Todo fue sin prisas. En un momento miré por la ventana y vi cómo la luz del atardecer se reflejaba en los adoquines — Roma tiene un brillo único aquí.
¿Lo mejor? Sentarnos juntos a comer lo que habíamos preparado — fetuccini con la salsa que cada uno eligió (yo opté por cacio e pepe). Todos compartíamos bocados y comparábamos quién había hecho los fideos más raros. Preparar el tiramisú fue más divertido de lo que esperaba; había café por todos lados y alguien intentó pronunciar “savoiardi” pero se rindió a la mitad. Cuando Paolo nos sirvió un limoncello al final, sentí esa felicidad cansada que queda después de una buena comida con amigos nuevos. Aún recuerdo ese primer bocado de pasta casera — sabía a esfuerzo y risas, si eso tiene sentido.
La clase dura aproximadamente 2 horas.
Sí, incluye una copa de vino tinto o blanco con la comida.
Claro, puedes escoger la salsa que prefieras para tu plato de pasta.
Sí, puedes elegir refrescos en lugar de vino si prefieres.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños; se aceptan cochecitos.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, disfrutarás tanto la pasta hecha a mano como el tiramisú al terminar.
Al terminar, puedes elegir entre un chupito de limoncello o un espresso.
Tu experiencia incluye todos los ingredientes y utensilios para preparar fetuccini frescos y tiramisú desde cero en un restaurante cerca de las Escalinatas de España. Recibirás guía paso a paso de anfitriones locales, disfrutarás de la salsa que elijas para tu pasta, una copa de vino o refresco con la comida, agua embotellada durante toda la clase y un limoncello o espresso para cerrar.
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