Poznań: Paseo por el Casco Antiguo y el Distrito Imperial con leyendas y castillos

4.99

(147 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Lo primero que me llamó la atención fue el sonido de tacones sobre los adoquines, justo en la Plaza del Mercado de Poznań, donde todo parece tener vida propia. Nuestra guía, Marta, nos llamó desde el Ayuntamiento (llevaba una bufanda llamativa, fácil de reconocer). Señaló la torre del reloj y nos contó la historia de las cabras que se embisten todos los días al mediodía. No lo entendí del todo hasta que ella misma lo imitó, lo que nos hizo reír a todos. El aire olía a pan recién horneado de algún lugar cercano y también percibí un aroma dulce. ¿Serían esos croissants de San Martín que mencionó?

Nos acercamos a la sombra del Castillo Real —no entramos, solo nos quedamos afuera mientras Marta explicaba cómo fue reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial. Se puso un poco seria al hablar de esa parte. Había estudiantes descansando en los bancos y alguien tocando la guitarra a un lado; casi se olvidaba que estábamos en un tour. Yo no paraba de pasar la mano por las frescas paredes de piedra cuando nos deteníamos (es algo que hago siempre). El Castillo Imperial parecía casi fuera de lugar, mucho más moderno que todo lo demás alrededor. ¿Sabías que es la residencia imperial más joven de Europa? Eso me sorprendió más de lo que esperaba.

Me gustó cómo Marta iba contando pequeñas historias sobre la historia y la gastronomía de Poznań —como por qué aquí discuten sobre quién prepara las mejores pyry z gzikiem (todavía no logro pronunciarlo bien). Incluso nos señaló su lugar favorito para comer pierogi, pero dijo que tendríamos que volver para almorzar porque este tour no incluye paradas para comer. Se sentía menos como una clase y más como pasar el rato con alguien que realmente ama su ciudad. Al final, tenía los pies cansados pero la cabeza llena de datos curiosos y momentos divertidos —como esas cabras otra vez. Todavía recuerdo la vista de la plaza al despedirnos; colores por todos lados y voces que rebotaban en las viejas paredes.