Si quieres probar la verdadera gastronomía de Lima sin perderte entre multitudes de turistas, esta excursión a pie por Barranco es ideal. Degustarás cinco platos clásicos peruanos más un postre, guiado por alguien que conoce cada atajo y rincón secreto del barrio.
Justo afuera del Starbucks en Barranco, conocí a nuestro guía—Luis, que creció a solo unas cuadras. El aire estaba fresco, con ese toque salado del Pacífico, y se escuchaba música que llegaba desde un bar cercano. Empezamos a caminar por esas calles coloridas, pasando por murales y antiguos balcones de madera, esquivando algún que otro ciclista.
Nuestra primera parada fue una pequeña cebichería escondida tras una pared pintada de amarillo. El chef nos sirvió platos pequeños de ceviche—lima ácida, maíz crocante y el picante justo para despertar los sentidos. Luis nos contó cómo su abuela lo preparaba todos los domingos. Seguimos para probar anticuchos en un puesto callejero; brochetas de corazón de res ahumado que chisporroteaban en la parrilla. Solo el aroma ya hacía rugir mi estómago.
Recorrimos las calles traseras de Barranco, entrando en una acogedora cafetería para degustar causa rellena (papa en capas con aguacate y pollo), y luego a una taberna tradicional para el lomo saltado—carne salteada con cebolla y tomate. Cada lugar tenía su historia; una dueña incluso nos mostró su libro de recetas familiar, con páginas manchadas por años de uso. ¿De postre? Una porción de suspiro limeño casero—dulce, cremoso, y sinceramente, podría haber comido dos.
Algunas paradas ofrecen opciones vegetarianas si nos avisas con anticipación. Solo menciona tus necesidades dietéticas al reservar.
El recorrido cubre aproximadamente 1.5 kilómetros a un ritmo tranquilo, con muchas paradas para descansar y comer.
Lo mejor es llevar zapatos cómodos porque estaremos caminando. Trae una chaqueta ligera—por la noche puede refrescar en Barranco.
¡Sí! Todas las paradas son accesibles para sillas de ruedas y también se permiten cochecitos.
Podrás probar cinco platos salados peruanos y un postre dulce, todos preparados al momento por chefs y vendedores locales. El tour es guiado por un amable local que conoce Barranco a la perfección. Es accesible para sillas de ruedas, apto para cochecitos y se realiza con lluvia o sol. ¡Solo ven con hambre y ganas de explorar!
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